Los objetivos claros.
Si vas a trabajar desde casa, es importante que fijes unos objetivos medibles y sus correspondientes indicadores con tu superior y tener claro quien hace qué.
Establecer una rutina de jornada.
Es aconsejable que cada persona mantenga su rutina de trabajo, siempre que sea posible. Es importante fijar las llamadas ventanas de coincidencia, periodos de varias horas en las que se acuerda que todo el equipo estará accesible.
En la medida de lo posible, crear un espacio dedicado exclusivamente al trabajo.
Es importante que la cabeza pueda salir del lugar de trabajo por la noche y que haya una separación, aunque sea simbólica, entre el trabajo y el hogar. Del mismo modo, los expertos aconsejan tener una rutina de “ir a trabajar” (vestirse, asearse,etc.).
La tecnología como aliada.
Utiliza todas las herramientas disponibles para comunicarse, compartir documentos o realizar las tareas de la mejor manera posible. Intenta priorizar los medios de comunicación según su eficacia para cada cosa.
Dinámicas de equipo.
Establecer protocolos –una reunión matinal, una llamada antes de la hora de la comida…– para trabajar con el resto de compañeros en remoto, de manera que se puedan replicar las dinámicas de trabajo cotidianas que tendríamos en la oficina. Acordar con sus superiores y colegas el método de seguimiento del trabajo. Es fácil caer en la trampa de «lo pongo en copia y entiendo que se da por informado».
El teléfono como herramienta de eficiencia.
Esta vía de comunicación es muchas veces más efectiva que el correo o la mensajería instantánea y evita muchos malos entendidos de la comunicación por escrito.
Comunicarse con los compañeros de trabajo y responsables es fundamental para la motivación.
Existen múltiples herramientas en línea que nos permiten la comunicación fluida y conocer el estado de nuestros compañeros en cada momento (disponible, reunido, ausente…). Hola y adiós. Dar los buenos días a los compañeros y despedirse de ellos es una buena práctica para no perder la rutina y, además, saber cuándo las otras personas están disponibles. Escribir es bueno, pero no tiene la calidez del contacto humano.
Cuida las formas en la comunicación escrita.
Evita las posibles malinterpretaciones o malentendidos en la comunicación escrita: Algunas personas no entienden la ironía o el humor sin sonrisas. Otros no saben escribir «gracias», «por favor», … todo lo que suele ir con la voz, la mirada, la sonrisa, tiene que ir en sus correos.
Vigilar la ergonomía y los descansos.
Utilizar posturas correctas, tomar un descanso cada cierto tiempo y ventilar el espacio de vez en cuando son acciones recomendables. Airear tu cuerpo es airear tu mente, y entonces ganas concentración, lucidez, energía, etc.
Evitar las distracciones domésticas.
El trabajador debe tener claro que cuando se encuentra en horario laboral, debe evitar otras actividades que afecten o rompan su ritmo de trabajo, como las labores domésticas. Asegúrate que el resto de las personas con las que convives tienen claro cuando estás trabajando y cuando no.